RUIDO

El ruido es un sonido indeseado, desagradable y molesto, capaz de producir efectos negativos sobre tu salud.

Realiza los paros reglamentarios, de este modo evitarás una exposición al ruido excesivamente prolongada.
Si trabajas en un ambiente ruidoso, debes someterte a un control médico de tu función auditiva y a audiometrías anuales obligatorias.
Un ruido excesivo puede ocasionarte una pérdida de audición, una disminución de la concentración, irritabilidad, tensión, insomnio, trastornos cardíacos, de estómago, estrés, etc.

A causa del ruido puedes dejar de percibir el sonido de un peligro inminente o las señales de advertencia.
Extrema tu atención cuando trabajes en zonas de riesgo.
También puede dificultarte o incluso impedirte la comunicación con los compañeros.
En caso necesario, utiliza elementos de comunicación adecuados, teléfonos, cascos con transmisores, etc.
El peligro de perder la audición y sufrir sordera depende del nivel de ruido y del tiempo que estés expuesto a él.
Si estás expuesto a un ruido de forma repetida puedes desarrollar una pérdida auditiva progresiva (hipoacusia), que no es percibida ni visible a corto plazo.
Una exposición breve a un ruido elevadísimo, puede romperte el tímpano y ocasionarte sordera permanente.
Recuerda que si pierdes la audición es para siempre. Una vez perdida, no se recupera ni tiene cura.
Extrema la atención en ambientes de trabajo ruidosos, ya que la dificultad para oír a tus compañeros y las alarmas sonoras puede generar accidentes fortuitos.
Si normalmente no puedes oír de forma clara algo que los demás sí oyen, es posible que sufras pérdida de audición. Informa de ello a tus superiores.
Si durante tu jornada laboral estás expuesto a niveles elevados de ruido, utiliza protección para los oídos: auriculares, tapones, etc.
Verifica que los protectores, tienen el grado de protección adecuado.

Mantenimiento Protector Auditivo


Mantén limpio el protector auditivo para evitar la posible contaminación de residuos que puedan producir irritación o abrasión de la piel.

Almacena, tus orejeras o tapones, en un lugar adecuado y limpio mientras no los utilices.
Si es conveniente, sustituye los protectores auditivos o sus piezas, si están en mal estado, sobretodo si son tapones desechables.
Nunca uses bolas de algodón o papel hechas por ti, eso no te protegerá de nada.
Inspecciona regularmente tu protector auditivo para evitar que esté deteriorado, tenga defectos de fábrica o se haya roto.
Nunca te quites los protectores auditivos si estás en zonas de riesgo de ruido, o cuando la señalización al respecto lo obligue.
Si prescindes de su utilización durante breves periodos de tiempo el riesgo persiste, ya que el nivel sonoro continua siendo elevado.

Trabajadoras embarazadas

Las mujeres embarazadas que están expuestas a un nivel de ruido excesivo pueden provocar en el recién nacido una pérdida de audición, así como un parto prematuro.


Última modificación: martes, 21 de abril de 2020, 12:32